Monumento dedicado a la leyenda en el Paseo del Gallo |
La Cancillería de Sevilla, de Granada y la Corte de Madrid, estában asombrados antes estos asuntos de Morón. Ninguna de las tres sabía que hacer, mandaban a jueces imparciales, pero las dos partes afirmaban que el orgullo de Morón no admitía ningún mediador, aunque viniese del más alto tribunal.
Como cada vez eran más fuertes las peleas, la Cancillería de Granada tuvo que intervenir en las peleas. En la primavera de 1597, mandó al Doctor Juan Esquivel al pueblo, que era un cobrador y que tenía un carácter fuerte y poco tratable.
Éste mismo, se dirigía de forma grosera a los señores de Morón, a quienes provocaba diciendo que en el sitio donde él estuviera no habría ningun gallo más fuerte que él, llamándose él mismo como "El Gallo de Morón".
Cansado ya todo el pueblo de sus tonterías, insultos y provocaciones, motivó a que los grandes señores del pueblo se reuniesen para vengarse de todo lo que estaba diciendo y haciendo.
Una noche, el Gallo de Morón fue sacado al camino de Canillas con engaños y alli mismo, le desnudaron y le dieron una paliza con varas de acebuche, "invitándolo amablemente" a marcharse, con la condición de que si volvía lo pasaría mucho peor, ya que ni lo contaría.
Y de esta leyenda nos queda el refrán:
"Te vas a quedar como el Gallo de Morón,
sin plumas y cacareando en la mejor ocasión."
Azulejo colocado en la entrada del Paseo |
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